sábado, 21 de marzo de 2020

Esta flor que nace en otoño,
la he de dedicar sin cortar
de la planta que me la regala
en este día cálido y radiante,
a quien me abrace sentidamente,
regalándome en su aliento
suspiros de verdadero amor.

Esta hoja que cae del árbol,
la guardaré en el libro que leo
en mis largas horas de eterno divagar,
forzado a encerrarme en mi ser,
esta hoja disecada y frágil,
ejemplo de vida y muerte,
me recordará la alegría de vivir.

Esta imagen de idílico paisaje,
la albergo en mi memoria
y en mi profundo querer,
sierras teñidas y fulgurantes,
atraviesan este valle que he recorrido,
donde las horas pasan como la brisa,
que ondean las crines de los caballos.

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