sábado, 24 de febrero de 2018

El agua se escurría entre los dedos
Un mar de emociones postergadas
Aplazando el momento del placer
Así las hojas se acumularon
Escondiendo su piel tersa
Un gélido viento desnudó
Una esfinge de hielo cuarteada

Amasó rútilas monedas de oro
su cuerpo imitó el metal
Con un caparazón rígido
Un interior vacío y estéril
que ningún sueño tierno ocupó
desérticas palmas, sin huellas
Piernas inertes, sin ritmo

Al despertar del sueño
Cubría su rostro un manto
Quiso moverse inútilmente
El último grano de arena
Se precipitó a la duna inferior
Del cual ningún viajero regresó

Y estrella alguna jamás brilló

domingo, 18 de febrero de 2018

El oleaje dio ritmo a los pasos
La arena cubrió los pies desnudos
Animados por una música poderosa
El fuego encendido congregó la tribu
De humanos que volvieron a serlo

La tierra vibró con ellos
Se tomaron de sus cuerpos
Las aves dormidas del paraíso
Les permitieron volar y aterrizar
Aquí en esta tierra que los hizo feliz

Vibración, percusión y viento
La música brotó como manantial
Que lavó la impureza del odio
Y como un nuevo génesis

Originales compases los rebautizó

viernes, 16 de febrero de 2018

En los recónditos socavones
de la intrincada caverna
los laberintos indecifrables
las emociones encuentran
vahos de musgos, raras atmósferas
sentimientos que transmutan

En las inexploradas grietas
de la piedra tallada por el tiempo
se filtra la lava inicial
un ser indómito e instintivo
hace su hogar protegido
artificios y vaporosas lucubraciones
invadirán su tierna morada

En el origen mismo
el magma sale cálido
como un fluido de vida
poco a poco se apaga
frio y petrificado, el ser
disminuye y merma su ímpetu
la infancia muere sofocada

En el fuego interno que aún surge
la fuerza inicial cobra su potencia
la naturaleza tal como es, genuina y bella
nutrirá los ánimos ahogados
la verde planta que nace entre las rocas
es la inspiración que guía
la esperanza que reluce cuando nace el sol



jueves, 15 de febrero de 2018

Fulgor del ocaso que quema
La impresión fotográfica
Que  mi memoria guarda
de eventos naturales e íntimos
De experiencias cúlmenes
Extremo placer vivido
Oh! luz divina del sol

Tarde gris que acaricias
Con un aroma de hierba
Me despiertas de mi pequeño sueño
Con un toque de melancolía
Suave rocío que humectas
El verdor que me alimenta
Y das de beber al ave cantora

Sea tu luz apacible y diáfana
O brillante y candente
reflejado en el mar turbulento o calmo
que me separa del amor soñado
o que brillas en los minerales
de la montaña, cadena de perlas
que recorre mi enorme nido

Estrella que acabas mis noches
Centro de rotación de nuestras vidas
Quema tu calor en el estío
Entibias los días de crudo invierno
Acentúas el color de las copas otoñales
Y las flores de la esperada primavera

Tiñe mi piel de color canela