lunes, 12 de septiembre de 2016

El viento habría soplado fuertemente
Abriendo las ventanas de par en par
Asomándose a ella, desplegó sus alas
Encaró hacia el horizonte
Lejano, inalcanzable
Curvo e indefinible
Bajo la liviandad de su cuerpo
A lo lejos, como pequeñas hormigas
Permanecieron sus captores,
Frustrados e impotentes,
Aquellas barras, aquellos límites
No coartarían más su maravilloso vuelo
Era ella y la inmensidad del cielo
Integrándose al idílico paisaje
Diseñado equilibradamente por natura
Como la vida decidió que así fuese
Celebraría cada día con su canto
Vería caer el velo de la noche
Y el árbol protector, frondoso, fructífero
La alimentaría y velaría su sueño
Volaría al día siguiente al rayar el alba

Libre y emancipada