jueves, 26 de mayo de 2022

Atraviesa la luz los pétalos de las flores

que ubico frente a mi ventana,

tiñendo de rosas y magentas 

la superficie de mármol blanco

de la mesa donde desayuno,

escribo, dibujo, pinto y sueño.

La luz atraviesa también 

el verdor de las hojas perennes,

aún en este frío invierno,

conservan su color y vida,

regalándome aún su perfume

y alegría vegetal.

La luz se refracta en las gotas del rocio,

o del hielo que se derrite del techo

tras la helada nocturna y crean

bellos cristales sobre todas las superficies

adornándolas de diamantes acuosos

y resplandor natural.

La luz del fuego que entibia 

el hogar, donde mis perros y gata,

acompasan con su respiración,

el crujir de los leños en la estufa

ubicada a un lado de mi pieza

donde reina el silencio, que es música del alba.

¿Qué ser?

Ser el cuero del tambor, 

que suena como la tierra

tras las improvisadas estampidas

sobre el suelo africano,

todos somos África y Pangea.

Ser un pez, un ave o un mono,

o ser un perro o un gato domesticados,

ser un insecto de cascarón iridiscente,

o un reptil o un anfibio, somos seres,

seres mutantes e imperfectos.

Ser una llamarada que ilumina

los oscuros socavones y laberintos,

donde se ocultan los pueblos perseguidos,

o ser un trashumante o recolector

conectado a todo lo viviente.

Ser de colores vibrantes

y de matices que conjugan

una paleta divina y diversa,

tan heterogénea como la riqueza

biológica de este planeta.

Ser el tañido de un instrumento,

de cuerdas como una guitarra o un violín,

ser viento que sopla como silbido

de flauta o quizás más grave

como el de un saxo o un bandoneón.

Ser aguja que teje complejos patrones,

ser un martillo golpeando sobre un metal,

una hoz que corta el trigo,

ser manos que moldean el barro,

o que trabajan una masa de pan.

¿Dónde, dónde se desvía el ser?

para convertirse en este monstruo,

que codicia, odia y destruye.




martes, 17 de mayo de 2022

El templo de las sombras

En la oscuridad ventajosa de este espacio,

donde la luz tenue, llega tímida y plácida,

apenas dibuja los contornos en la habitación,

en las galerías y en las salas.

La oscuridad es la reina y se apodera de los rincones

de los escondrijos y profundidades,

donde los habitantes encuentran el goce

de la meditación y la contemplación.

La luz diáfana se rinde ante la penumbra

y todo brillo salta al pequeño haz de luz

que logre llegar a incidir sobre la superficie,

como queriendo insinuar con sencillez

la belleza oculta en cada lugar.

La luz del sol y la luna son irrepetibles,

entonces en la intimidad de este espacio,

la luz de la llama, ha de ser la única fuente de luz,

y en esta delicada atmósfera de luz y sombra,

ha de habitar el ser humilde y callado.

El tiempo ha dejado su huella sobre todo,

la madera, los metales, las piedras y la carne,

estos espacios han sido creados como templos

de esta pátina que es orgullo y canon de belleza.


domingo, 8 de mayo de 2022

La noche, son las horas idóneas,

Para el encuentro casual y fortuito,

Para el acecho y la búsqueda,

De la cita inesperada, sin prisas,

Ni ataduras, o compromisos.

En la oscuridad y la penumbra, 

las sensaciones se intensifican,

El pulso y la respiración se  agitan,

Como un mar durante la tormenta.

La invitación, la sugerencia, el roce 

Son la chispa que inicia el fuego.

Desesos los dos o más, las complicidades,

Son un lazo elástico y versátil,

Como una trampa invisible,

Donde las presas son también cazadores,

Y en esa maraña de sensaciones,

Las ganas se juntan en un torbellino

Que amalgama por instantes,

A desconocidos deambulantes nocturnos.

La piel y la memoria, únicos registros,

Sensibles y volubles, desean y añoran,

Otra noche para explorar y rendirse

A la sensual tentación.

La noche...



La Madre

La palabra madre, es una importante.

es como el cosmos, y los ojos de la madre,

son las ventanas al universo.

Dormidos en su regazo,

nos amamantan y mecen

mientras nos reflejamos

en sus cristalinos ojos tiernos.

La palabra madre es como tierra,

el suelo fértil donde enraizamos,

de su ser parte el nuestro,

es nuestro terreno y apoyo,

nos nutre y enriquece,

dejando en nosotros, la esencia,

la madre es nido y terruño.

La madre es tan grande, tan grande,

que su abrazo y caricias,

son y serán siempre

ese cordón umbilical irrompible

que nos conecta con esta vida,

nuestro clan y tribu,

la madre teje lazos indestructibles.

Madre, hoy y siempre, te agradezco.



jueves, 5 de mayo de 2022

Has visto esa taza de porcelana fina con oro,

kintsugi le llaman, aún puedes ver las fracturas,

así el corazón herido se restaura,

las heridas marcan su historia,

una vez más restablecido y con entereza, 

se da otra oportunidad y una vida por delante.


Ves ese árbol desnudo, ha perdido sus hojas,

en el tronco exhibe las marcas del tiempo,

aún erguido, aferrado a la tierra,

abre sus ramas al cielo como un abrazo,

para albergar a las aves y los insectos,

que con dulzura sabe proteger.


Fíjate en esa pareja que baila,

ambos han sufrido y llorado,

destruidos y reconstruidos,

el abrazo del tango los ha sanado,

en esta tanda y muchas más por venir,

volarán contra reloj, desafiando el tiempo.

domingo, 1 de mayo de 2022

Paseo por las calles, busco en los rincones,

memorias, pistas que me acerquen a vos,

sin saber como luces aún,

las siluetas de las columnas humanas,

en los pórticos, frisos y escayolas,

que iluminadas por la luz romántica

de la tarde y las farolas, parecen hablarme.

El cansancio y la sensación infundada

de encontrar el café donde te sentás

cada día, a desayunar y a tomar la colación.

El café perfumado traído de remotas distancias

me acercan a vos, a vos aún irreconocible,

que trato de armar a pedazos

con cada sorbo y cada bocado de mi merienda.

La música del fuelle rezongón,

que responde a las notas del piano,

el bajo suena en pizzicato

acompañando la melodía de violines

que intuyo es tu tango favorito.

La luz empieza a dibujar las sombras

más lánguidas en el suelo, testigo invisible,

de historias no documentadas,

como la nuestra, que juegan al desencuentro,

pues en mi cabeza alocada,

pienso que también me buscás.

Paseo por las calles, busco en los rincones,

memorias, pistas que me acerquen a vos...