lunes, 14 de diciembre de 2020

La sensibilidad.

Preñada la receptiva y complaciente,

la sensibilidad es un ser libre, febril y fertil,

ingenua y amorosa, ofrece su corazón.

Alegre juega en su paraiso,

adornado por pétalos de flores,

cabalga mariposas y colibríes 

Saluda desde el aire a sus amantes,

quienes en noches de serenata,

le entonan una canción.


Atardecer

 Atardecer, dibuja el astro rey el horizonte,

artista creativo que recrea su perfil,

y nuestros ojos impávidos, 

expectantes al nuevo acontecer,

por dentro una tormenta ha de gestar,

serán la luna y las estrellas,

quienes aceleren o calmen el palpitar.


Atardecer, tiñe una vez más este cielo,

que ha de desaparecer tras la mágica cortina,

de este teatro vital engendrado,

años luz antes de la sangre recorrer,

los cuerpos gestados en noches de pasión,

¡oh! especie inconforme en su andar,

descubra dentro de sí la alegría del color.


Atardecer siembra el misterio y el drama,

el odio y el amor...

La Noche

 La noche oscura, celestina de andanzas,

de noches en velo o de profundo sueño,

de posibilidades infinitas,

de divagar despiertos o en oníricos terrenos,

sea la mente la que rija,

el largo del vuelo....


La noche impenetrable, capa oscura, antifaz,

oculta tras de si la identidad,

los caminos recónditos que transitan,

en ese merodear con los ojos cerrados o abiertos,

sea la mente quien dirija,

la intensidad del sentimiento.


Nacidos para pensar y amar

y gozar en cada descubrimiento.


Dogma y razón

 La luz virgen del amanecer,

malva el horizonte que especula,

la libertad en un nuevo día,

como promesa y esperanza,

solo decanta la esencia primitiva,

esclavo en los dogmas

o libre en la razón.


La luz pura del alba amiga,

te brinda el espectro del mañana,

volar en un cielo y acariciarte en sus nubes,

como pasaporte al libre albedrío,

como tatuado en la carne aún en la cuna,

oprimido por el opresor

o libertario en su origen.


Más natura se encarga del porvenir,

una vez elegido el camino...