viernes, 27 de diciembre de 2019

Para Olguita: la vida es una milonga


La vida es una milonga y hay que saberla bailar,
canta la tradicional canción..
El viento arranca en otoño las hojas marchitas,
enrosacándolas en su peciolo, luego las hace girar,
suspendiéndolas en el aire…
Ellos escuchan el corte, después la melodía del violín, 
Llegando al cruce, y el cuerpo de la bailarina se desenrosca,
con la gracia que porta una milonguera bailarina,
pivoteando y cadenciosamente volviendo al ritmo antihorario,
de la pista, ganándole a la vida, instantes de álgida pasión.
Irrepetibles son las tandas de la la milonga, como irrepetibles son,
las dichas de la vida que se dejan pasar, que no volverán jamás.
En el tango, la conexión de la pareja, es tan importante,
como el oxígeno para vivir, así cada canción,
serán un torrente de agua, que arrastrará a la pareja,
en un franco y sincero frenesí, como en la vida,
El amor y las amistades autenticas deberían ser,
de lo contrario, oh cuan vacua sería esta aventura ,
de vivir y bailar…

Navegar contra corriente

Navegan contra corriente los peces,
que desovan en el rio,
así valientemente encaran las hordas negras,
del odio, de la inconsciencia, de la desidia,
de la ignorancia..
y demás pestes de todos los tiempos,
en un afán de no desfallecer,
y caer rendidos, absorbidos por la paria,
la paria del consumismo,
de la vulgar idealización de los totems impuestos,
por el mercantilismo de los brutas bestias,
que arrasan como plagas y monetizan la vida.