En la oscura sala, en un día lúgubre,
la expresión aflora, intentando describir,
inefables emociones y estados.

Emocionado por letras ajenas,
el bandoneón rompe el silencio
de una tarde gris.

Ensimismado en su profunda tristeza
un aire pesado y denso le rodea,
es un ser romántico abandonado.

En el desasosiego permanente,
melodías y rítmicos acordes,
lo invitan abandonar su amargura..

Derrumbándose lentamente,
tan magna construcción,
otro día galana,
modelo a imitar.

Hoy en su calamitosa situación,
corroída por dentro,
agrietada y descascarada.
caen sus partes como pétalos de rosa vieja.

Desintegrándose poco a poco,
enmohecida y olvidada,
ve su inminente destrucción,
rendida y abandonada.

Herida la piel con las espinas,
de las enredaderas que bordean
el túnel de la vida..
Curándose con el bálsamo
del néctar y zumo de las dulces frutas
Perfumada por el aroma de las flores
que en primavera luzcan.
Hidrátada con el agua de la lluvia
de las tormentas borrascosas,
o de la tímida llovizna,
Teñida de color por el incandescente sol
Y cubierta de tierra rica,
a la cual nutrirá, el día aquel...

Gira el gran jardín que un día
albergara la más variada riqueza,
gira y gira, amanece y anochece
el tiempo fugaz, pasa desapercibido
por los seres más hermosos
que sin prisa viven, viven!
Y en su tránsito por esta realidad,
endulzan y colman de alegría
la existencia...
Oh! hermosas vidas inocentes,
quienes en sus miradas serenas,
guardan el calor y con su tibio cuerpo,
derriten el hielo que la fría sociedad,
construye día a día, en un estúpido frenesí.
Oh! seres divinos y tan presentes,
expresan su cariño y gratitud,
con los más gentiles gestos,
de cariño y genuino amor.

Despertado por el resplandor
en mi copa de vino,
inclinado sobre mi mesa,
el haz de luz se hace violáceo-rubí.
Con la corbata desatada
y el cabello desordenado,
retomo la letra
que compuse ayer.

Ayer cuando sus ojos..
me veían, cristalinos y puros,
con esa sonrisa que alegraba
radiante como sol de medio día
penetrando cada rincón,
proyectando los contornos
sobre el extenso suelo,
lleno de huellas del ayer.

Ayer que desaparece en la memoria,
embriagada y perdida,
vuelvo en mi, sorbo cada gota remanente
en este cáliz de rojo placer.

El cielo lloró conmigo,
cubriendo con su cortina,
el camino por el cual te vi partir.

Dejando mis ojos lagrimosos,
suavizando el áspero suelo
donde me dijiste adios.

Con el corazón hecho pedazos,
como una taza de porcelana remendada,
exhibiendo... Sus cicatrices.

Rodando hacia abajo las escalinatas,
por el golpe de la vida,
esparciendo las trizas... Irrecuperables de mi ser

Cómo héroe mitológico,
como Goliat contra el gigante,
el ser valiente se adentra
por los escondrijos oscuros,
casi impenetrables de su caverna.

Demolerá las moles de piedra,
grandes ídolos tan débiles,
tanto como la fuerte y astuta razón,
logre usar sus poderosas armas,
grandes logros de una especie rara.

Sin temer a la ciega masa,
pueda enfrentar su destierro,
Y despojándose de lo que lo ata,
Desea encontrar en su propio camino,
el goce más sublime de la sapienza...

¡La libertad!

Viajando como ave peregrina,
una nueva aventura enfrenta al despegar.
Atravesando las nubes más espesas,
sorteando ídolos de deidades,
de ruinas de ciudades y sepulcros,
esquivando sortilegios de compra-venta
monstruos sobre áridas extenciones

El ave extiende sus alas,
el viento la impulsa bien alto,
tan alto para divisar con reparo,
el viejo  nido, las copas y los campos.
Huyendo de las trampas y las jaulas
El ave canta, trina, silva,
Un nuevo hábitat le espera...

Un tango más..

La brisa salina del mar...
Desde este sur melancólico
Susurra a mi oído,
Letras de corazones rotos,
Ritmos y melodías cadenciosas.
Siento ya la arena bajo mis pies...
La ola me golpea y la espuma se deshace

La tinta de mi pluma excitada,
Por el tango, ondea como marea.
Fluye y se derrama, se expresa.
Y controlada por mi mano,
Que enérgica y decidida,
Escribe bajo el efecto embriagante
y dulce de la emoción.

Estas líneas evocan vagamente
un momento sin igual,
el encuentro de los torsos,
Que respirando el tango juntos,
El violín los gira y enrosca.
Los pies golpean las notas del violín,
El bandoneón los arrastra densamente.

La orquesta invita a la caminata,
Un bajo tiñe de color sutil
La música llega a un momento álgido
En éxtasis, los corazones se agitan
Rompiendo la calma de una vida absurda
Que sin milonga, sería vacua.
La variación nos encontrará un final
(Los últimos acordes, van pincelando un final).