se miraría cual vanidosa, en el espejo
formado por el charquito que dejó la lluvia
agua que purificó y dio de beber
al ave silvestre  que sedienta se acercó
también al perro vagabundo
caería una gota del sauce llorón
que desdibujaría con su onda
su misterioso rostro cubierto de nácar

Esa mancha de café en la mesita
seria celestina de nuestros encuentros
complice de nuestros secretos
testigo de la sublimación del amor
un sentimiento llevado a ser perfume
aroma que endulza y embriaga...

Llévame contigo,  colócame a tu lado

fui árbol, hogar del pájaro

añoso y verde, que brindó sombra

en días de calor abrumador

Llévame contigo, deseo ser parte de tu hogar

soy hierro fuerte, templado por el calcinante fuego

mineral de tierra rica y fértil

en confines lejanos

La mesita

Alrededor de esta mesita

congregamos a nuestros seres amados

familiares y amigos,

a ese compañero cercano

donde compartimos un vino

Y tome de tu mano...

Sería.....

Sería atrevido desear buenaventura

Y arriesgado acariciar o mostrar ternura

En un mundo de aristas cortantes

En un océano de seres indolentes

Sería inverosímil disfrutar juntos

De placeres sencillos y momentos cálidos

En un mundo gélido, en un invierno eterno

En un cielo gris de un entorno malsano

Sería aún más improbable amar

Socorrer, ayudar e incluso abrazar

En un mundo perdido, podrido y putrefacto

En llanuras vastas donde todo yace muerto 

Despejada la bruma, se vislumbro una fémina figura
unas curvas voluptuosas de una traviesa señorita
bailaba desnuda, al compás de una música universal
erguida y señorial, cubriose de un manto de hierbas
de pastizales, piedras y musgos, de arbustos juguetones
de copos de nube, cuando el viento erizaba su piel

Junto a ella, descansaba recostada, mostrando su abdomen
la chica que tomaba baños de sol, reflejando en los ríos de sudor
los rayos del astro que en antaño le declara su ferviente amor
iluminándola desde lo lejos con sus fuertes haces ardientes
y un día de sombra escogiera un espejo para seguir velándola
de noche y día, en épocas de frío y calor

La Tempestad

El rugir de la naturaleza, se manifestaba
Para disminuir todo alarde de grandeza
Un ser creció se hizo fuerte y poderoso
Debería aprender a imitarla, a respetarla
Un trueno, un relámpago le recordarían
Su pequeñez, la nimiedad de su existencia

El rugir de la tormenta, se acrecentaba
Como opera épica que llega al culmen
Al momento clave de una historia heroica
El ser asombrado, interrumpe su tarea
Inhala el aroma del ambiente en los días de lluvia
Obligado al fin, a meditar, a reescribir su historia

El rugir de la tempestad,  fuertemente sonaba
Su eco, hacía temblar las puertas y los cristales
Retumbaba contra el suelo y los muros
Como tambor que asemeja el galopar de las bestias
O quizás órgano de viento que conmemora la gloria
De pronto un piano forte que golpea las cuerdas

Que jamás se apague el fuego vivaz en tus ojos
cuanto perdure en tu cuerpo la energía motora
mientras tu corazón lata en sincronía con el mío
la alegría del hogar será la melodía que queda grabada
en los surcos de los árboles del jardín

Siempre que tu aliento se sienta como cálida brisa
girando el molino de los sentimientos
tu ritmo diario genere olas de movimiento sin fin
la alegría del hogar será las notas interpretadas
en una orquesta de seres alados que se posan sobre mi

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Ever the lively fire goes out in your eyes
As long as your body keeps that powerful energy 
while your heart beats in syncrony with mine
the joy of the home will be the melody that is recorded
in the grooves of the trees in the garden

Whenever your breath feel like a warm breeze
motivating the mill of feelings
your daily rhythm generates the endless waves of movement
the joy of the home will be the notes played
by an orchestra of winged creatures that land on me

Palabras

Palabras disímiles que no riman
manchas de color que desvanecen
cincel duro que hiere la piedra
canción vulgar de una vida superflua

Palabras que hieren como balas
ruido ensordecedor y letal de la ignorancia
convocando a una fiesta obscura
asistida por seres banales

Palabras de poemas y canciones
esas que animan, alegran y enriquecen
ya no se entonan en las serenatas
nadie se apoya sobre la balaustrada

Palabras impronunciables y desganadas
pasión perdida entre la maraña
de una cultura muerta y agrietada
del verso de un moribundo desaferrado

Esperanza Fidela o Fidela Esperanza

Algunos la llamaron Esperanza
y otros Fidela, era ella
la que estaba dormida
en ese agujero, en ese pozo
la sepultaban ese día
cuando el cielo se torno gris
embarcamos en un barco a la deriva

Esperanza o Fidela
como quiera que se llamase
no vistió el oro, ni la plata
estaba vestida de flores
con olor a tierra y hierba
los soñadores y los utópicos
desconsoladamente la llorarían

Esperanza y Fidela, las dos
habitaron en un mismo cuerpo
dotado de bondades y destrezas
para socorrer al ser abandonado
para abrazar al desahuciado
o brindar alegria en medio de la tristeza
bailando descalza, sobre las espinas

Esperanza Fidela o
Fidela Esperanza, era la misma
la misma que cantaba
cuando las aves anunciaban
un nuevo y brillante día
la vieron correr en el bosque
recobrando su armonía