sábado, 5 de marzo de 2022

Me llena de pesimismo, tristeza y desolación,

la naturaleza mezquina y avara 

que se apodera de la razón,

que pisa y atropella los sentimientos más nobles.

Desnaturalizado el ser humano de su buena semilla

corrompido en si mismo por su artificio,

que en otrora maravillara y enorgulleciera.

Hoy la desvinculación de lo natural

se evidencia en mancillar la paz,

en extirpar la vida sin mesura.

Necesito escapar de la realidad tan sórdida,

clamo por vivir embriagado de arte y cultura,

que me aleje de los otros, que ajenos a mi sentir,

siembran el terror y la desdicha.

El arte me eleva sobre ellos.

Necesito de muestras fehacientes de amor,

que recibo constantemente de mis hijos,

esos animales que sin ser mi procreación,

en su sencillez, honran la vida cada segundo.

Hoy truena y llueve fuerte, 

obligado a la contemplación y la tranquilidad,

desearía que el rugir de la sabia naturaleza,

fuese el único trueno que la humanidad escuchara.

Enséñale relámpago al arrogante bélico,

quien tiene la fuerza y el poder extremo,

cuan minúsculos somos, 

cuan ínfimos deberíamos considerarnos.

Unas gotas de lluvia limpian el aire,

descubren el brillo de las hojas,

aclaran la mente y estimulan los sentidos.

¡Oh lluvia!, lava la maldad de este mundo doliente.

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