La noche invitaba a la bohemia,
al encuentro de la tribu,
al abrazo que hace volar
y que en esa atmósfera milonguera
solo un fuelle puede contar.
La luna llena iluminaba las siluetas,
brindando su magia plateada,
las parejas fortuitas se entrelazan
originando un rumor de arrabal
que recuerda con melancolía
la melodía solemne de un violín.
Y nuestros pasos que dibujan y esbozan,
historias, alegrías y fracasos.
algunos se deslizan y barren,
otros se detienen y respiran,
otros hacen tangibles y percutían,
las notas del pianoforte.
La noche bohemia en luna llena...
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