Este fuelle entrecortado,
como el llanto que reprimo,
estas agudas cuerdas parecen
exponer más las heridas,
cuando el piano toca gravemente
el dolor profundo que duele.
Tango mio y de los bohemios,
canta mis cartas y mis desdichas,
entregado y abrazado a una mina,
nos consolamos mutuamente,
y si al recordar nos asalta el llanto,
juntos encontraremos sosiego.
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