viernes, 21 de enero de 2022

Tiempo

Cae lentamente creando una pequeña duna

ese reloj de arena que arbitrario mesura

la vida, los momentos y los instantes.

Acaso regirse por la luz del astro rey

su ígnea presencia que persigue las formas

y traza el movimiento en el suelo

de todo lo activo y pasivo,

transformando todo lo que existe

en algo visible y tangible con su luz

no es suficiente?

Acaso la luna, espejo plataeado,

o dorado o rojo según la atmósfera

romántica y febril nocturna,

suspendida en el velo negro,

como dama seductora de la penumbra,

de la oscuridad impenetrable,

del silencio y la calma,

o del summum de los deseos incontrolables,

la vida bohemia o del eterno divagar,

no es suficiente?

Claro está para la temprana inocencia,

que juega y transcurre su vida sin afanes,

preocupaciones o pretensiones banas.

Claro está para el campesino y

el habitante de la naturaleza en su esplendor,

cuando el alba marca su despertar y labores,

y los ocasos las oportunidades de regocijo,

de compartir alrededor del fuego,

alguna bebida y alimento reconfortantes. 

Mas la vorágine atroz, circo patético,

escena cruel de la tragedia humana,

que activa los artilugios que pautan

el frenesí de la vida agitada,

que somete a su rigor despiadado,

los instantes, los momentos

para sentir, emocionarse,

y simplemente existir....


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