En la noche iluminada por las llamas
que dibujan las siluetas de las mujeres dormidas,
acechadas por los enemigos de la vida
la maldad sin límites, el odio encarnado,
las bestias no conocen de amor,
han asesinado a las liebres, a las perdices,
a las serpientes, a los insectos,
a los verdes montes serranos,
todos ellos mis hermanos de sangre
cuando amanece, el gran cadaver es expuesto
y el dolor es muy grande y hondo.
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