El arco del violín resuena en mi memoria
con un giro sobre el piso de parquet,
milonga querida, milonga de mi sueños.
Tanto mi memoria como mis sentimientos
no hayan refugio en otro lugar,
que no sea la danza del tango,
Desprendido de las aspiraciones vanas,
el sentirme abrazado es la sensación sublime
que desea mi cuerpo febril sentir.
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