En mi regazo ya no descansarás,
a mi regreso ni tu mirada tierna,
ni tus coqueteos juguetones
me invitarán al paseo matutino,
y tu cuerpo cálido no se apoyará
contra mi pidiendo las caricias
que constantemente deseabas,
pero tu amor de hija me llenará
de júbilo cada vez que recorra
con tus hermanos,
los caminos que camine contigo.
Hasta siempre hija mia.
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