Cuando tu suelo dolido,
reciba más sangre de tus hijos,
cuando de tus entrañas brote
el veneno negro que la codicia
anhela y desea, frotándose
sus manos sucias de muerte.
Cuando tus indolentes hijos,
sean conscientes del mal infinito
que te han causado,
enceguecidos en sus dogmas
e hipócritas creencias cegadoras,
será ya demasiado tarde.
Cuando todos tus hijos mueran,
nutriendo el suelo que lastimaron,
ofendiendo e hiriendo sin compasión,
ensuciando y enlodando tu honor,
no habrá más odio y hambre,
la justicia natural, es la única divina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario