Atarse a una soga o castigo,
cuando la unión ha de ser secular
y jamás sacra, pues ese odioso símbolo,
traído para esclavizar y manipular
las mentes en su albedrío.
Líberándose de credos y de ritos,
ha de gozar esté tránsito tan rico,
tan naturalmente sabio y misterioso,
tan puro, tan fructífero, tan enigmático,
como selva espesa o manantial infinito.
Desdichada la vida subyugada,
al control de templos malignos,
de ceremonias de lamentos y martirios,
de turbias historias de odio y muerte,
cuando el amor esta servido.
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