Piso bailado en noche de milonga,
presencias los cuerpos amanecer,
el alba los descubrió abrazados,
miradas complices y coquetas,
que atravesaron la atmosfera húmeda
del viejo y añejo bodegón.
Piso acariciado por pies musicales,
pisando al tiempo del bandoneón,
órgano de viento de ceremonias lejanas,
adivina mis penas y las libera,
seducido por las notas que me invitan
al abrazo sentido y cálido del malevo.
Piso adornado con sinuosas figuras,
sobre vos pasearon las parejas,
que bailando se adoraron,
en un instante de piano romántico,
de violín melódico y de voz colosal,
hallándome contenido y amado.
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