miércoles, 22 de mayo de 2019

En la milonga

Siguiendo las notas del tango aquel,
mis pies encontraron  el ritmo.
Las melodías me hicieron levitar en el espacio,
sosteniendo en mis brazos otra vida,
quien íntimamente me regalo en su respiración,
la vida en un suspiro de calma y paz.

La cadencia de un vals, gira los contornos,
desfilando en el suelo las figuras,
que se encontraron fortuitamente,
dejándose querer en un instante fugaz,
Hasta que el silencio inunde la atmósfera,
que una música hechicera conquistó.

La baldosa de esta milonga alegre,
agita el pulso de los corazones,
Acelerando el movimiento de los pasos,
Marcando una alteración de las notas,
Que caen como gotas gordas de un chubasco,

golpeando como un instrumento de percusión.

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