El cielo lloró conmigo,
cubriendo con su cortina,
el camino por el cual te vi partir.
Dejando mis ojos lagrimosos,
suavizando el áspero suelo
donde me dijiste adios.
Con el corazón hecho pedazos,
como una taza de porcelana remendada,
exhibiendo... Sus cicatrices.
Rodando hacia abajo las escalinatas,
por el golpe de la vida,
esparciendo las trizas... Irrecuperables de mi ser
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