Fulgor del ocaso que quema
La impresión fotográfica
Que
mi memoria guarda
de eventos naturales e íntimos
De experiencias cúlmenes
Extremo placer vivido
Oh! luz divina del sol
Tarde gris que acaricias
Con un aroma de hierba
Me despiertas de mi pequeño sueño
Con un toque de melancolía
Suave rocío que humectas
El verdor que me alimenta
Y das de beber al ave cantora
Sea tu luz apacible y diáfana
O brillante y candente
reflejado en el mar turbulento o calmo
que me separa del amor soñado
o que brillas en los minerales
de la montaña, cadena de perlas
que recorre mi enorme nido
Estrella que acabas mis noches
Centro de rotación de nuestras vidas
Quema tu calor en el estío
Entibias los días de crudo invierno
Acentúas el color de las copas otoñales
Y las flores de la esperada primavera
Tiñe mi piel de color canela
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