Algunos la llamaron Esperanza
y otros Fidela, era ella
la que estaba dormida
en ese agujero, en ese pozo
la sepultaban ese día
cuando el cielo se torno gris
embarcamos en un barco a la deriva
Esperanza o Fidela
como quiera que se llamase
no vistió el oro, ni la plata
estaba vestida de flores
con olor a tierra y hierba
los soñadores y los utópicos
desconsoladamente la llorarían
Esperanza y Fidela, las dos
habitaron en un mismo cuerpo
dotado de bondades y destrezas
para socorrer al ser abandonado
para abrazar al desahuciado
o brindar alegria en medio de la tristeza
bailando descalza, sobre las espinas
Esperanza Fidela o
Fidela Esperanza, era la misma
la misma que cantaba
cuando las aves anunciaban
un nuevo y brillante día
la vieron correr en el bosque
recobrando su armonía
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