martes, 7 de mayo de 2024

De regreso a casa con mi hijo,

vemos las luces del ocaso reflejarse

en las sierras tras las copas doradas,


la nostalgia se apodera de nosotros 


y exhalamos un suspiro.


La noche nos persigue en nuestro andar


y apresuramos el paso para cobijarnos


bajo el techo humilde que llamamos hogar.


Sin más pretensiones que el descanso,


mi hijo y yo nos mimamos,


intercambiamos miradas tiernas 


y apreciamos el silencio que nos habla,


el mundo ajeno a nosotros,


y nosotros insignificantes en este mundo,


disfrutaremos de un nuevo amanecer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario