Me susurra el aire,
que nos conocemos
desde hace mucho tiempo,
desde el indefinido estado
de la materia, del orden,
del caos y del movimiento.
Me insinua que me estaba esperando para abrazarme,
para dedicarme todas sus notas,
para que la acompañara por siempre,
despierto y en sueños.
Asegura que ya soy solo suyo,
que no tengo escapatoria,
y no tengo ningunas ganas,
ni deseos, ni pensamiento alguno
de huir de ella,
pero si de recorrer con ella,
todo espacio que nos rodea,
pues ella es todo y me contiene,
este abrazo que me abriga
y conmueve.
Ella es la música que todo
mi ser siente, consciente e inconsciente.
porque me estuvo esperando por siempre...
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