El horizonte se desdibujó y todo fue azul,
azul como el amor más puro,
azul como el mar y el cielo,
azul como los ríos cristalinos
y azul como los ojos donde me reflejo.
El sol brillaba con intensidad
un sol prehispánico que ilumina
con la intensidad fulgurante,
y este atravesaba la marea azul
que inunda nuestros sueños más sublimes.
Al sur el cielo es más claro e intenso,
el azul es el color de la pasión,
azul como los lagos entre las montañas,
y el corazón palpita agitado,
pero el azul celeste es eterno y divino.
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