Una silla y una mesa en la sala,
para escribir y observar
a través de la ventana,
mi jardín, mi florecido vergel.
Una silla y una mesa en la sala,
para quedarme aletargado, encantado
por el golpe de las gotas en el tejado
y el canto de las aves del monte serrano.
Una silla y una mesa en la sala,
rodeado de mis fieles perros amados,
duermen plácidamente junto a mi,
padre y líder de la manada.
Una silla y una mesa en la sala,
bebiendo una taza de café colombiano,
y sobre la hornalla, unas peras con especias,
para compartir en una tarde tranquila y plácida.
Una silla y una mesa en la sala,
escuchando tangos y todo este clima embriagante,
de paz y calma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario