La luz virgen del amanecer,
malva el horizonte que especula,
la libertad en un nuevo día,
como promesa y esperanza,
solo decanta la esencia primitiva,
esclavo en los dogmas
o libre en la razón.
La luz pura del alba amiga,
te brinda el espectro del mañana,
volar en un cielo y acariciarte en sus nubes,
como pasaporte al libre albedrío,
como tatuado en la carne aún en la cuna,
oprimido por el opresor
o libertario en su origen.
Más natura se encarga del porvenir,
una vez elegido el camino...
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