Subyacen bajo las notas, memorias de un amor,
heridas que no cierran y drenan un inmenso dolor,
al interpretar, rezonga el violin como un llanto,
se extiende el bandoneón como respiraría,
el pecho que necesita hincharse, ahogado en su llanto.
Entretejidas entre las notas, los hilos del húmedo pañuelo,
Que guarda con cariño en su bolsillo, junto a la partitura que compusiera,
catárticamente para liberar sus penas en el peso de las notas graves,
Que un bajo resaltó y un piano en su notas fuertes, dramatizó,
dejando revelado su roto corazón, embebido en su copa de vino.
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