Cuando dejen de brillar tus nobles ojos
El sol se opacará en memoria tuya
las aves olvidarán su canto
Y el viento empujará los pétalos marchitos a mi puerta
Cuando tu piel acariciable no brinde a nadie su ternura
Ásperos tornaran los aterciopelados duraznos
Y el color de los rosales mutaran a un luto interminable
Cuando el alegre movimiento de tu cuerpo cese
El baile más alegre detendrá su ritmo
y la música que anima los jolgorios
Entristecera sollozando a mí lado
Cuando tu canina voz ya no responda a mis llamados
La llama ardiente del fuego que me calienta se apagará por el viento gélido invernal
Y los aromas que en otrora me entusiasmaban, se dispersaran en tu habitación vacía
Pero un día el almendro florecerá en primavera
Adornando el paisaje como tu lo hacías
Sus frutos tendrán la dulzura de tus caricias
Y su presencia en el parque nos recordará tu origen
El almendro fijará sus raíces en ti
Como tu memoria en mis pensamientos más felices
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