Parece que fue ayer que partiste
dejándome en todo mi ser,
una sed insaciable por vos,
de tenerte conmigo, abrazados,
dos vidas unidas por deseo y por amor.
Parece que fue ayer que te alejaste,
usurpando mis sueños y pensamientos,
y esta sed que no calmo,
la apago con el vino,
ese que un día compartimos tú y yo.
Parece que fue ayer que desapareciste,
en un horizonte cubierto de espesas nubes,
sediento estoy aún por vos,
como un árido desierto que espera la lluvia,
para florecer y reverdecer.
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